lunes, 21 de febrero de 2011



Jack Vetriano (Fife, Escocia, 1951). The singing butler, 1992.

      No son pocos los críticos que niegan a Jack Vetriano, no ya su originalidad como pintor, sino la propia condición de serlo. Desertor temprano de la escuela, trabajó como minero en su Escocia natal y no sería hasta los años 70 cuando se iniciase de forma autodidacta por el camino de la pintura. Su mismo agente reconoce que gran parte de sus láminas parten de imágenes fotográficas de revistas e ilustraciones. Sinembargo, el gran público lo adora y es capaz de pagar hasta 750.000& por una de sus láminas, como fue el caso de ésta que tenéis aquí delante, The singing butler. Ningún artista vivo vende tanto como él ni tampoco son muchos los que lo han hecho desde que el arte ha aparecido asociado con los modernos medios de reproducción. ¿Dónde reside por tanto su éxito? ¿En qué consiste entonces su "originalidad"? Bajo mi punto de vista, varias son las razones que explican la gran acogida de Jack Vetriano. Para empezar, hay que decir que Vetriano es un pintor tremendamente decorativo, especialmente apreciado por intelectuales o simples amantes de la evocación que no dudan en colgar en sus apartamentos algunas de sus láminas. Son imágenes que nos retrotraen a los años del cine negro, por donde desfilan gagsters trasnochadores, "muñecas" de compañías dispuestas a saciar las fantasías sexuales de sus clientes, imaginativas veladas de hampones de gustos caros...Por otro lado, plásticamente se trata de obras de cromatismos cálidos e intemporales siempre agradecidos a la vista. Además, los temas conectan con aquellas personas solitarias que ponen en funcionamiento su imaginación buscando otros ambientes y otros mundos. Es imposible, por otro lado, no relacionar, técnica y temáticamente, la pintura de Jack Vetriano con la de otro artista recuperado recientemente, Edward Hopper, con sus personajes esbozados mediante superficies planas sabiamente modeladas, abrumados de soledad y aburrimiento en ambientes sórdidos y devastados. Finalmente, no podemos desdeñar el trascende papel que en pintores/ilustradores como Vetriano tienen los actuales medios de comunicación de masas, internet incluido.

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